Las turbomáquinas en el contexto automotriz se refieren a dispositivos que utilizan la energía de los fluidos (generalmente aire) para realizar trabajo mecánico, como la generación de potencia en un motor. En la industria automotriz, las turbomáquinas más comunes son los turbocompresores y los compresores mecánicos.
Turbocompresores:
- Funcionamiento: Un turbocompresor consta de dos componentes principales: la turbina y el compresor. La turbina está conectada al sistema de escape del motor y es impulsada por los gases de escape. A medida que la turbina gira, hace girar el compresor que está conectado al sistema de admisión del motor. Esto comprime el aire antes de ingresar al motor.
- Propósito: Aumentar la cantidad de aire que ingresa al motor permite una mejor mezcla de aire y combustible, lo que resulta en una combustión más eficiente y mayor potencia del motor.
Compresores Mecánicos:
- Funcionamiento: Los compresores mecánicos, como los compresores de sobrealimentación mecánica (superchargers), son accionados directamente por el motor a través de una correa. Al girar, el compresor comprime el aire antes de ingresar al motor.
- Propósito: Similar a los turbocompresores, los compresores mecánicos aumentan la cantidad de aire que ingresa al motor, lo que mejora la potencia y el rendimiento del motor.
Ambas turbomáquinas tienen el propósito de aumentar la presión del aire que ingresa al motor, lo que permite una mejor eficiencia de combustión y, por lo tanto, una mayor potencia del motor. Estas tecnologías son comunes en vehículos de alto rendimiento y se utilizan para mejorar la eficiencia del motor sin necesidad de aumentar el tamaño del mismo.